La inteligencia artificial (IA) será uno de los temas centrales en la cumbre del G7 que se celebra en la región italiana de Apulia. Desde el jueves, los líderes de las siete democracias más ricas del mundo –Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido– se reunirán para discutir la regulación futura de esta tecnología.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, anfitriona del encuentro, anunció que el viernes se dedicará una sesión especial a la IA. Esta iniciativa da continuidad al “Proceso de Hiroshima”, iniciado el año pasado, donde se aprobó un código de conducta voluntario para mitigar riesgos asociados a la IA, como la desinformación y la vulneración de la privacidad.
El Papa Francisco, quien ha mostrado interés en el desarrollo de la IA, también participará en la discusión. El Vaticano ha promovido la “Rome Call for AI Ethics” desde 2020 para añadir una dimensión ética a los algoritmos.
El subsecretario italiano para la Información, Alberto Barachini, destacó la importancia de poner esta cuestión en el centro del debate geopolítico. Meloni busca que los líderes del G7 unan fuerzas para regular la IA y negociar su extensión con otras potencias, como China.
Barachini señaló que la normativa europea actual protege bien, pero es necesario un enfoque global que incluya a países como China, Japón y Estados Unidos, para combatir la desinformación y otros riesgos. La coordinación entre las naciones del G7 podría ser un instrumento de presión significativo para establecer regulaciones globales efectivas.
En Italia, el Parlamento está tramitando un proyecto de ley sobre la IA basado en tres principios: defensa del derecho de autor, identificación de contenidos generados por IA y sanciones más severas al ‘Deepfake’.
La cumbre del G7 busca, por tanto, una regulación que garantice el uso ético y seguro de la inteligencia artificial, protegiendo así la confianza en las democracias y equilibrando el impacto en el mercado laboral global.